Hogar Secretos femeninos No es sólo una hormona masculina: 8 conceptos erróneos sobre la testosterona en la mujer

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No es sólo una hormona masculina: 8 conceptos erróneos sobre la testosterona en la mujer

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Mito 4: La testosterona enronquece la voz
No hay ninguna prueba de que la testosterona le haga hablar con ronquera. Es más, ni siquiera existe un mecanismo fisiológico que pueda ser responsable de ello.

Pero una deficiencia de este andrógeno podría ser la causa de la ronquera en la voz, ya que la testosterona proporciona efectos antiinflamatorios, y su deficiencia puede aumentar el riesgo de infecciones.

Existen varios informes en la literatura científica basados en cuestionarios en los que las personas afirman cambios en la voz a partir de 400-800 mg/dl de danazol, un fármaco androgénico.

Pero un estudio en el que se midió el rendimiento de los participantes no encontró cambios significativos después de 3 y 6 meses de tomar danazol a una dosis de 600 mg/día.

Mito 5: La testosterona provoca la caída del cabello
Algunas mujeres con síndrome de ovario poliquístico e insensibilidad a la insulina tienen niveles más altos de testosterona y pierden pelo, pero esto no prueba que ambos factores estén relacionados. La calvicie en general es frecuente en personas con alteraciones del metabolismo de la glucosa, y no depende del sexo.

La obesidad y la resistencia a la insulina aumentan la actividad de la enzima 5-alfa-reductasa, que incrementa la conversión de testosterona en dehidrotestosterona en los folículos pilosos. Es esta última la que se considera la principal hormona responsable de la calvicie.

Además, la obesidad, la edad, el consumo de alcohol y el sedentarismo disminuyen los niveles de testosterona y aumentan los de estradiol. Estos cambios hormonales pueden provocar la caída del cabello en hombres y mujeres genéticamente predispuestos. El estrés y las carencias nutricionales pueden ser factores adicionales.

Además, un experimento demostró que los implantes subcutáneos de testosterona restablecían el crecimiento del pelo en las mujeres. Al menos en las que no padecían sobrepeso, hipo e hipertiroidismo o carencia de hierro.

Al mismo tiempo, ninguna de las 285 pacientes femeninas tratadas con testosterona durante 56 meses notó pérdida de cabello.

Mito 6: La testosterona es mala para el corazón
Dado que los hombres son más propensos a sufrir enfermedades cardiovasculares (ECV), existe la creencia de que los andrógenos tienen algo que ver.

Al mismo tiempo, hay pruebas de que la testosterona, por el contrario, protege el corazón: ayuda a aumentar la masa muscular magra, tiene un efecto favorable sobre el metabolismo de la glucosa y el perfil lipídico, y dilata los vasos sanguíneos.

Además, un experimento descubrió que los suplementos de testosterona mejoraban la forma física, la sensibilidad a la insulina y la fuerza muscular en mujeres con insuficiencia cardiaca congestiva.

Mito 7: La testosterona aumenta la agresividad
El tratamiento sustitutivo con testosterona e incluso la inyección intramuscular de grandes dosis de esta hormona no hacen que las personas se vuelvan agresivas y se enfaden.

Al mismo tiempo, existen pruebas de que la agresividad y la hostilidad están relacionadas con la producción de estrógenos. Dado que la testosterona puede convertirse en estradiol, no se puede negar su implicación. Al mismo tiempo, las hormonas esteroides de la clase de los estrógenos pueden aumentar la agresividad sin ella, por ejemplo por factores sociales.

Un estudio señaló que las mujeres con deficiencia de andrógenos, la terapia con implantes subcutáneos de testosterona ayudó a reducir la agresión, irritabilidad y ansiedad en un 90%.

Mito 8: La testosterona aumenta el riesgo de cáncer de mama
Estudios en primates y humanos han demostrado que la testosterona tiene un efecto positivo al reducir el crecimiento celular excesivo y proteger el tejido mamario de la sobreestimulación por estrógenos.

Los científicos señalan que el equilibrio entre las hormonas «masculinas» y «femeninas» parece ser más importante que la cantidad de ambas. Este puede ser el motivo por el que la testosterona reduce el riesgo de cáncer de mama en las mujeres que se someten a terapia con estrógenos.

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